Delitos económicos, contra la administración pública y criminalidad organizada – José Ugaz Sánchez Moreno [PUCP]
Cuando se nos ofreció la posibilidad de formar parte de este proyecto destinado a escribir obras de derecho de fácil acceso y entendimiento, orientadas a la divulgación entre estudiantes —poniendo de relieve algunos temas de derecho penal—, pensamos que esta era una gran oportunidad para desarrollar algunas materias que, si bien no son las que tradicionalmente atraen la atención del público en general, son de gran actualidad en la realidad peruana y presentan cierta complejidad técnica.
Efectivamente, los delitos que más llaman la atención cuando nos aproximamos al mundo del derecho penal son los clásicos crímenes de sangre (homicidio y lesiones), los relativos a la libertad (especialmente la sexual), al honor (difamación) y al patrimonio (robo y hurto).
Sin embargo, existen otros delitos que en las últimas décadas han cobrado gran notoriedad entre los estudiosos del derecho penal. Son aquellos que causan gran impacto social debido a las características de sus autores, la extensión del daño que ocasionan y la presencia de nuevos fenómenos sociales que hoy remecen al mundo contemporáneo.
Al respecto, algunos ejemplos, que constituyen verdaderos signos de nuestros tiempos, son los delitos patrimoniales de naturaleza socioeconómica —como el caso Emron—, los delitos financieros de gran envergadura que han generado recientes crisis mundiales —como la explosión de la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos—, la distorsión en los mercados que provoca esquemas de contrabando masivo —como el de licores y cigarrillos— y los sofisticados esquemas de evasión tributaria que sustraen billones de dólares de las economías en desarrollo —como han demostrado recientemente los «Panama Papers»—.
Uno de los grandes problemas que enfrentan las sociedades contemporáneas es el de la gran corrupción que, según el Indice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, afecta a más de dos terceras partes de la humanidad. Y es que cuando hablamos de corrupción en el siglo XXI no nos referimos solo a aquellas prácticas cotidianas de violación de las reglas para obtener un beneficio personal, sino al desvío de inmensas cantidades de dinero por autores poderosos cuyas consecuencias afectan los derechos humanos de millones de personas. Por lo general, estos graves delitos no reciben sanción alguna.
Debido a la globalización, al desarrollo tecnológico y al surgimiento de mercados ilegales que producen incalculables ganancias, estamos asistiendo también al crecimiento acelerado de poderosas organizaciones criminales que actúan internacionalmente y que en muchos casos desafían la existencia de los Estados, impotentes e incapaces de detener su accionar.
Siendo el Perú el primer productor de cocaína en el mundo, sufre las consecuencias del impacto que tiene el lavado de activos provenientes del narcotráfico. Las noticias informan a diario de la penetración del dinero de origen ilegal en la política, en los negocios, en las instituciones públicas y las instituciones tutelares. El fatal encuentro de la criminalidad organizada con la corrupción ha potenciado el daño social que ambas generan, lo que se convierte en un problema que incrementa la inseguridad ciudadana y atenta contra la seguridad internacional.
Hemos visto cómo la minería ilegal, desarrollada por organizaciones que explotan a miles de personas, moviliza millones de dólares en una verdadera economía subterránea, mientras destruye el medio ambiente y fomenta la prostitución infantil y la trata de personas.
Todas estas son razones suficientes para haber optado por cubrir en este volumen estos tres ámbitos de la criminalidad moderna, que consideramos de ineludible actualidad.
Por supuesto, este es un abordaje desde la perspectiva del derecho penal que, como sabemos, no puede resolver por sí mismo tan aguda problemática. Sin embargo, en el contexto de una adecuada política criminal, constituye un instrumento que, si es utilizado inteligentemente, puede contribuir a enfrentar y controlar estas graves actividades ilegales.
Por estas razones los invitamos a incursionar con entusiasmo en la lectura de este libro, que ojalá los motive a comprometerse en la construcción de un mundo más seguro, más equitativo y con menos violencia.
Fuente: Fondo Editorial PUCP
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