El laboratorio del tío Sócrates
Nuestro objetivo al presentar este cuaderno es ofrecer un instrumento a ustedes, educadores, para guiar la gran curiosidad y la capacidad de explorar que tienen los niños de preescolar, de una manera sistemática y divertida, teniendo como punto de partida una premisa: la investigación también es una actividad lúdica, por tanto, atractiva; y la mejor etapa para interesar a los niños en la búsqueda del conocimiento es, sin duda, la preescolar.
El cuaderno se compone de diez actividades, cada una de las cuales ha sido diseñada en tres partes:
- Planteamiento metodológico: Sección dirigida, principalmente a los maestros, con la finalidad de que puedan incluir las actividades en sus contenidos programáticos y comprende los aspectos: proposición, objetivo, contenidos (conceptual, procedimental, actitudinal y valor transversal).
- Actividad: Debido a la corta edad de los alumnos y las dificultades que podría haber en el manejo de ciertos instrumentos, gran parte de ellas deberán ser desarrolladas por los educadores; sin embargo, es importante hacer participar a los niños en todos los pasos. En esta sección se incluyen los puntos: material, procedimiento, verificación (preguntas que se sugiere plantear a los niños para que recuerden las acciones realizadas y reflexionen sobre las posibles causas de los resultados) y explicación.
- Historia: Relata las aventuras que dos niñitos experimentan con su tío Sócrates, en el laboratorio de éste. Su objetivo es ofrecer un apoyo para la motivación, así como servir de hilo conductor a la serie de experimentos, por lo que se propone leerla a los estudiantes en sus diferentes episodios. Maestro, ¿quieres leer -y actuar, por cierto- esta sencilla historia con tus alumnos?
Amiguitos:
Ya sabemos que la ciencia es una cosa muy seria, pero uno puede divertirse y jugar un poco con experimentos, demostraciones y observaciones entretenidas y, de paso, aprender un poquito más acerca del mundo en que vivimos, porque la ciencia es parte de nuestro mundo y puede ser algo muy divertido. Esperamos que este cuaderno sea de su agrado y les permita disfrutar las aventuras que les proponemos mientras aprenden.
Aquella no era una tarde cualquiera; llovía y, además, ocurría algo inusual: Ramirín y Lulú habían logrado entrar, a escondidas, en el laboratorio del tío Sócrates, a pesar de que éste siempre se encontraba cerrado. De pronto escucharon toser al tío.
- ¡Recórcholis!, el tío Sócrates -dijo Lulú. Pensé que no estaba aquí, ¡vámonos antes de que nos descubra!
Pero mientras corrían… ¡Plum! ¡Crash! ¡Plum! Ramirín tropezó con algo y varios objetos se estrellaron en el piso. Cuando el tío escuchó el ruido, se levantó de su mesa de trabajo y al verlos, exclamó:
- ¡Aja ja já!, son ustedes, par de traviesos. Dejen de esconderse, que ya los vi. Los niños, muy asustados, se acercaron a su tío, quien les dijo:
—Tendrán que darme una muy buena explicación sobre su presencia aquí.
Si algo disgustaba al tío, era que entraran en su laboratorio y los niños lo sabían, por lo que, titubeantes, contestaron:
—Mmm… Pues… Esteeeeeee… Ahhh… Es que queríamos conocer el lugar donde pasas horas y horas encerrado, sin salir a jugar con nosotros.
—No deben entrar sin permiso, pero ya que están aquí les mostraré que en este laboratorio también se puede jugar. Aquí estudio algunos fenómenos que suceden en la naturaleza, y eso es fascinante y divertido. Por ejemplo, ¿ustedes saben cómo se forman las nubes?
—Sí, yo sé -dijo Ramirín- ¡Las nubes son borreguitos que duermen en el cielo!
—Hmm, bueno, no exactamente -contestó el tío-, pero si quieren, podemos hacer un juego, es decir, un experimento con el que conocerán la respuesta.
—Sí, sí, ¡bravo! -dijeron los niños-.
Fuente: USON.mx
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